Frixo y Hele son hijos de Atamante, rey de Tesalia y de Néfele. Tras quedar viudo, Atamante vuelve a casarse con Ino. Años después el reino sufre una etapa de hambruna y la reina decide sacrificar a los hermanos para terminar esta aciaga época. Hermes salva a los niños entregándoles un carnero alado, con la lana o vellocino de oro, y dotado del don de la palabra. Los niños parten sobre él rumbo a Asia, salvando la vida. Durante el viaje Hele cae al mar y se ahoga, dando su nombre a esa región marina, que pasará a llamarse Helesponto. Frixo llega a la Cólquida, cuyo rey Eetes lo acoge y le concede en matrimonio a su hija Calcíope.
En agradecimiento a Eetes, Frixo sacrifica al carnero y le ofrece el vellocino al rey, quien lo consagra a Ares y lo cuelga de una encina en un bosque dedicado al dios, guardado por un descomunal dragón y rodeado por campos donde pastan enormes toros salvajes.
Según algunos, Aries es una constelación de poco brillo porque el vellocino de oro del cordero se quedó en la Cólquida.
SITUACIÓN ZODIACAL
Aries (♈) es el primer signo del zodíaco, el primero de naturaleza positiva (masculina) y de cualidad cardinal. Simboliza el renacimiento y su símbolo representa los cuernos de un carnero, pertenece junto a Leo y Sagitario al elemento fuego. Su signo opuesto es Libra.
Este signo esta regido por el planeta Marte. El Dios Marte de los romanos o Ares de los griegos le da el nombre a este aguerrido signo. Sus tiempos son:
Trópicas: 21 de marzo - 20 de abril
Sidéreas: 14 de abril - 14 de mayo
O sea que el que nace mientras dure el tiempo tropical de Aries va a tener el Sol natal situado en este signo. Los que tienen esta posición natal son comúnmente denominados arianos. Al ser éste el primer signo del zodíaco, se lo asocia con la primera casa astrológica, que es el Ascendente. Ha sido tradicionalmente gobernado por el planeta Marte.
Este signo pertenece a los llamados Signos Cardinales, son aquellos signos que se encuentran en los cuatro extremos de los puntos conocidos como equinoccios y solsticios del círculo zodiacal; hay cuatro Signos Cardinales y son Aries, Cáncer, Libra y Capricornio.
Aquellos signos asociados al equinoccio (Aries y Libra) suelen ser opuestos entre si y lo mismo pasa con aquellos asociados al solsticio (Cáncer y Capricornio). Curiosamente se dice que nunca lograrán llevarse completamente bien los signos del equinoccio y que ningún par de signos logrará un nivel de confianza e interrelación tan profundo como aquellos del solsticio.
En el caso de los signos del equinoccio ambos se parecen en muchos aspectos: suelen ser impulsivos, extrovertidos, impacientes, intrépidos, ambiciosos, idealistas, obstinados, etc. Sin embargo también se diferencian en determinados aspectos; lo verdaderamente intrínseco de Aries es el hecho de ser impulsivo y obstinado en extremo.
Sin embargo aunque sus puntos individuales los unen y no representan ningún punto de rechazo sus aspectos similares los separan y usualmente son más intensos sus intereses comunes que sus intereses individuales.
Al igual que en las ciencias: polos opuestos se atraen y polos iguales se repelen.
Aries es un signo de fuego, junto con Sagitario y Leo, por lo tanto masculino, o sea extrovertido, impulsivo y positivo. Es el primer signo cardinal, lo que representa que los nacidos bajo ese signo son líderes natos, aptos para organizar a los demás. Los signos cardinales son los que se ubican en los extremos de la rueda zodiacal que están relacionados con los equinoccios y los solsticios, o sea Aries, Cáncer, Libra y Capricornio.
Aries es opuesto a Libra; esto quiere decir que ambos están enfrentados en el círculo zodiacal. Pero aún así se complementan, ya que cada uno de ellos representa lo que desconocemos del otro. Aries es el impulso que mueve la rueda, como primer signo del zodiaco. A través de Aries podemos ver muchas cosas.
DESCRIPCIÓN DE ARIES
La existencia del ariano transcurre por lo general, en un camino de triunfos y conquistas. Si bien está dotado de grandes atributos, también lo es de muchos aspectos negativos que le dificultan su desenvolvimiento y vida.
El ariano se mueve en la necesidad de alcanzar la admiración ajena. Estos nativos pueden llegar a un alto grado de altivez, arrogancia y orgullo. En contra producción a estos aspectos negativos, el ariano puede desarrollar sus más elevadas cualidades, como un gran sentido de la dignidad personal, decoro y honor.
Su arquetipo lo conlleva a forjar el ideal que le hará acreedor de los más altos valores éticos, de decencia, integridad, honradez, probidad de rectitud y entereza. El signo de Aries hace a su nativo, un hombre justo, equitativo y cabal. La fuerza espiritual de este signo viene representada por sus ángeles Samuel y Samael, que dotan al nativo de una poderosa imaginación, que constantemente busca urdir planes, fraguar, idear, embozar, concretar hechos y sucesos que otorguen realce o fama, y den brillo a su personalidad. El ariano conjuga su yo personal con su voluntad, por lo general sus impulsos lo hacen tendenciosos en sus opiniones y acciones, por lo que puede caer en aspectos parciales, sectarios y fanáticos. Inclusive a ser pendenciero. El ariano es en suma; la intención, el propósito definido, un estado potencial en busca de su realización. Está lleno de iniciativas y curiosidad respecto al futuro.
La orientación cardinal de Aries le confiere a su nativo, intrepidez, coraje, ambición e idealismo. Cuando su naturaleza negativa lo domina, entonces se torna colérico, apasionado, contradictorio y falso en sus acciones. Es donde se abre paso, como el carnero, sin medir las consecuencias, ciego de furor, batallador y destructivo.
La fuerza espiritual de este signo le da la fortaleza, el vigor para controlar sus impulsos, ya que tiene tendencia a perder el buen sentido y la capacidad de calibrar las consecuencias de sus actos.
Un aspecto a tener en cuenta y que debe vigilar el ariano es su obstinación, ya que el ariano está siempre dispuesto a librar batallas más por sus ideas, que por sus ideales, su tendencia a luchar por imponer sus conceptos, no les hace ver que tengan la seguridad de estar en lo cierto. No ven las cosas como son, sino como deberían ser o como él quisiera que fuesen. Sin embargo cuando sus buenos aspectos son quienes lo gobiernan, esa compleja personalidad es paciente, indulgente y dócil. Incluso puede dejarse dominar por un cónyuge o amante absorbente y tiránico.
Aries debe mantener el equilibrio de sus propios fuegos, bajo estas relaciones, ya que su personalidad de rasgos valientes y nobles, en su desequilibrio lo llevaría a ser falsa y cobarde, lo que lo convertiría en un verdadero infierno a quien lo oprime. Por su elemento el fuego y su vivacidad, el ariano encuentra dificultad en afrontar con serenidad y mesura, los retos que la vida le plantea a cada instante, de allí su intranquilidad característica. Por esta razón se observa en el nativo de Aries, más que en otro signo, la ambivalente lucha entre el bien y el mal.
En lo referente al amor, el Hombre de Aries es el más temperamental y celoso. Su ansia de dominio sobre el cónyuge no reconoce reglas de comportamientos. Lo exige todo de la mujer, pide libertad y confianza, pero se reserva el hecho a la libertad propia. No es de hábitos hogareños, ni romántico, y no admite vacilaciones ni dudas femeninas, porque no se las permite a sí mismo. Se inclina por las mujeres de mayor edad que el. Posesivo, directo, e instintivo en la conquista. Tiene una tendencia marcada hacia la mujer que sufre estando siempre en la actitud de consejero o protector.
CONFIRMADO: SOY 100% ARIANO