¿Alguna vez he pedido que me toque la lotería? ¿Acaso he solicitado ocupar un puesto de trabajo para el que no estuviese capacitado? ¿He requerido un regalo de cuantiosa cantidad a alguien? ¿He postulado muchos deseos imposibles? ¿Dios está cansado de que le pida favores?
La vida podría predicar con el ejemplo y devolverme sólo una de las cosas de las tantas que le pido, pero se niega a ello, me da la espalda, me devuelve reveses pero como diría Nietzsche: "Lo que no me mata, me hace más fuerte". Quizás sea eso lo que quiera creer, que puedo con todo, que voy de cabina en cabina de teléfono, pero el hielo, el acero y cualquier otra capa que me cubre son débiles frente al diamantino poder de la nada y al criptonítico saber de que parafraseando a Calderón: "La vida es un ejemplo, y los ejemplos, ejemplos son".
La nada, es lo que poseo, lo que quiero, lo que anhelo, lo que sueño, los ejemplos que construyo con arena encima de ciertos cirros nubosos que se disipan tras la lluvia. La nada son tornados cargados de visiones futuristas que se alimentan de las vidas vacías de las personas.
Soy un admirador de ejemplos, un persecutor de momentos que no podrá sentir mi razón, un pelusero de anécdotas guardadas en el cajón de la memoria, un inmigrante de vidas anónimas, un tiralevitas de lágrimas nocturnas.
EJEMPLOS DOY QUE PARA MÍ NO TENGO
No hay comentarios:
Publicar un comentario