lunes, 19 de diciembre de 2011

RENOVATIO

Como si de uno de los discos de Antonio Orozco se tratara, "Renovatio", renacimiento, resurrección, restauración, renovación, un nuevo comienzo, esto es lo que se alza delante de mí y ahora lo veo, mis casi dos dioptrías en cada ojo no son óbice para poder vislumbrar y casi palpar mi gran triunfo.

¿Triunfo? Si, ha sido mucho el tiempo que he pasado sumido en la más absoluta tribulación, llevando mis pensamientos a un bucle "if" sin hallar la tecla correcta para cerrar dicho programa y una vez cerrado encuentro  mil errores a los que hay que poner solución de manera inmediata y con la energía que me caracteriza me dispongo a ello, atravesando diversos estados emocionales, aprendiendo que el corazón y la cabeza son dos polos iguales que se repelen y entendiendo que solo yo mismo soy capaz de conmutar mi vida.

Metaforizando, ha llegado la hora de cambiar de sitio la ropa en el armario, de cortar las puntas de mi guedeja,  de salir a recoger cara a cara la chispa de Inti, de escuchar esa polifonía que se adentra en lo más profundo de nuestro nómada sentimiento y empezar a ver con los ojos de un falco.

Olvidar la abyección, la admiración, la propensión, la aversión, la irrisión, la desesperación, la conmiseración, la indignación, la sobreestimación, la misericordia, la emulación, la benevolencia, la pusilanimidad.

DICHOSOS AQUELLOS QUE VERÁN MI "RENOVATIO" PORQUE SON LOS SUPERVIVIENTES DE UN HOLOCAUSTO ESPIRITUAL SUBJETIVO

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