¿Te suena familiar? Muchas veces lo que creemos que atraviesa nuestra córnea e iris y se queda en la retina no muestra una imagen real y científicamente correcta de lo que es la realidad, en verdad nuestros ojos son monoculares, es decir que no poseen sensación de profundidad, con lo cual no crean una imagen real de lo que vemos y es nuestro cerebro el encargado de interpretar dichas imágenes.
En el viaje de esa imagen de el ojo al cerebro se deben perder algunos datos necesarios para fiabilizar al 100% que lo que vemos es lo correcto y así es, porque sino no entendería como una persona puede verse guapa con un pantalón en el que se le marcan las venas de las piernas.
Queramos o no, nuestra propia percepción de las cosas no es una marca fiable para el resto de personas y muchas veces incluso para nosotros mismos, por eso siempre recurrimos a segundas e incluso terceras opiniones. Pero hay personas cegadas por la imagen que refleja el espejo, esa imagen que entra por el ojo y que cuando llega al cerebro nos dice que somos perfectos cuando la realidad es otra.
LO QUE REFLEJA EL CRISTAL NO ES
LO MISMO QUE LO QUE VEN MIS OJOS
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